Cada vez se busca más a través de redes sociales, aunque Google siga siendo el líder indiscutible.
El 81% de los compradores realiza investigaciones online antes de comprar.
Te contamos por qué el social searching está cogiendo tanta relevancia.
Influencers
Es en las redes sociales donde encontramos a los influencers. Son prácticamente los impulsores del social search. Éstas son personas capaces de mover a las masas y de incentivar el deseo de compra de productos o servicios en miles de usuarios. Para los consumidores, el hecho de que un influencer tenga ese producto y pueda ver cómo lo usa, genera un valor añadido. Es decir, ya no sólo obtiene información de producto, sino también de todo lo que lo envuelve.
Las marcas
Las redes sociales constituyen buena forma de posicionamiento para las marcas. En las plataformas, las marcas son más capaces de acercarse a los consumidores y transmitir sus valores. De esta manera, el consumidor puede llegar a tener un mayor «engagement» con las marcas. Una de las mayores ventajas de las redes sociales, es que permiten una gran segmentación. De este modo las marcas pueden crear mensajes más específicos y personalizados según el nicho al que se dirijan. Por tanto, la publicidad que reciben los usuarios es actualizada y relevante. Esto propicia el social search ya que los impactos son recibidos en un medio muy conocido para el consumidor. De una manera casi orgánica el usuario tiende a buscar inmediatamente información sobre el impacto recibido en ese mismo medio.
Deeplinking y pagos in-app
La visualización de los productos también ha cambiado en las redes, y es que ya no se limita a la visualización del mismo en una simple foto. Instagram ofrece galerías de productos para las marcas y la posibilidad de «guardar» los que te gusten, obteniendo información de todo tipo y reteniendo al usuario en la red social hasta el momento último de compra. En marzo de 2019 «Instagram Checkouts» vió la luz, un sistema que tramitaba pagos in-app, aunque actualmente no está activo. Por ahora nos conformamos con el «deeplinking», es decir, la red nos redirecciona a la página de producto ya sea en su aplicación o web, para reducir los pasos en el proceso de compra.
Podemos esperar la inclusión de los pagos in-app en las principales redes sociales en un futuro próximo. Recordemos que a las propias redes les interesa retener a los usuarios el mayor tiempo posible. El pago mediante reconocimiento facial es una realidad que se empieza a utilizar en muchas plataformas. Quizás sea uno de los métodos que las redes sociales puedan adaptar para sus pagos.
Somos criaturas sociales
Somos seres sociales por naturaleza. Los datos nos muestran que el 18% de los usuarios hablan de productos que han comprado o les gustaría comprar, y más del 18% compran productos de marcas presentes en la red. El famoso «boca a boca» llevado al plano online, permite a los usuarios llegar mediante referencias a productos a los que no llegarían de manera offline. La recomendación de personas que conocemos o por las que tenemos algún tipo de admiración, propician el sentimiento de deseo y aceptación de dichos productos.
Si un anuncio nos dice que el producto «X» es el mejor, puede que no lo consideremos. Sin embargo, si esa misma recomendación viene de la mano de un familiar, ese producto «X» rápidamente escala en el posicionamiento de nuestra mente. En definitiva, nos fiamos mucho más de los productos que tienen contactos de nuestra red.
Social search ¿un reto para Google?
En 2009, Google creó su propia herramienta de búsqueda social, llamada Google Social Search. Utilizaba Google +, Twitter o Gmail, para mostrar contenido de nuestros contactos en esas redes. En 2012 acabó su acuerdo con Twitter y, poco a poco, la herramienta fue cayendo en el olvido.
Google sigue siendo el líder en búsquedas, pero es innegable que en cuanto a búsqueda de productos, el social search le está ganando terreno.