El pasado domingo, nos embarcamos en una aventura como pocas.
El equipo de Syntonize, liderado por una avanzadilla en la que se encontraban Juan Quintanilla y David Gil voló a Miami.
Este vuelo fue para poner en marcha uno de los proyectos internacionales más ambiciosos en los que estamos inmersos: gestionar el lanzamiento de la aplicación de la cadena de restaurantes Duffy’s Spotys Grill.
Hicimos las maletas cargadas con todo nuestro optimismo e ilusión y nos pusimos en marcha. Tras un viaje fantástico, donde el nerviosismo y la excitación por el inminente lanzamiento de la aplicación eran los protagonistas. Aterrizamos en Miami y pusimos rumbo a nuestra oficina, a nuestro centro de operaciones tropical. Allí, tras un buen café para acostumbrarnos al cambio horario dejamos claras nuestras prioridades: lanzar Duffy’s y volver a España con nuevos clientes en el equipaje.
La situación con las empresas que prestan servicios tecnológicos en Estados Unidos no es muy buena. La frustración es la reina de la fiesta y las compañías estadounidenses prometen más cosas de las que cumplen. Seguramente se debe a la migración tecnológica del personal a empresas como Google o Facebook. Pero ese no es motivo para dejar las cosas a medias.
Nuestra filosofía es totalmente contraria: ¿Prometemos? Cumplimos.
Y además hacemos cosas que ellos no pudieron siquiera soñar. No fue nada fácil. Había que integrar tres plataformas externas dentro de la aplicación y aparecieron las complicaciones. Pero no nos vinimos abajo. Mes tras mes las cosas fueron avanzando y al final, todo acabó solucionándose. Las piezas encajaron a la perfección. Solo quedaba esperar.
El martes era un día clave. Reunión con Duffy’s para limar asperezas y poner la aplicación a punto. Día de nervios y emoción contenida. La app estaba a punto de ver la luz. Nuestra criatura estaba a punto de nacer.
Y así fue. El miércoles fue como un adelanto de los Reyes Magos.
Cientos de estadounidenses pudieron instalarse la aplicación en sus teléfonos móviles, tanto iPhone como Android. Y salir a disfrutar de una buena hamburguesa con todas las ventajas que ofrece la aplicación. El optimismo era el héroe de la jornada. Pero debíamos poner los pies en la tierra. No fuese a convertirse en el villano de la función por no estar atentos a cualquier imprevisto. «Siempre somos Beta, siempre hay una posible mejora» es nuestra filosofía y no podemos perder el tiempo celebrando éxitos pasados. Sino centrarnos en planes futuros como hicimos aquella jornada de euforia. Fallos del día uno, asperezas y lo más importante: la puesta en marcha de la segunda fase.
Con la resaca del éxito todavía en nuestras cabezas, el jueves nos desplazamos a las oficinas de Big Times Restaurant Group. Otra cadena de restaurantes, para tener una primera toma de contacto con un posible nuevo cliente y más tarde tuvimos varias reuniones con varias agencias del sector. Día tranquilo pero necesario. El descanso por el buen trabajo con Duffy’s tenía que verse recompensado con una visita a nuestro local favorito de la zona.
Nuestro último día en la Tierra de las Oportunidades también era complicado. «Lo mejor para el final», pensamos. Una reunión con el responsable americano de uno de nuestros grandes clientes internacionales y otra con una empresa que llevaba sin trabajar con algo meramente digital desde hace un año. Gran reto. La frustración y las promesas incumplidas nuestras némesis. Nuestro entusiasmo y nuestro compromiso total por ver el trabajo realizado nuestras armas para acabar con ellas.
¿Qué ocurrió con Duffy’s?
Nos fuimos a España con una maleta que prácticamente tuvo que pagar peaje. Siguiente fase de Duffy’s en marcha, un nuevo cliente y un posible partnership de lujo del que todavía no podemos contar más.
Un viaje por el que apostamos todo y nos salió una escalera de color.