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El NFT revoluciona el concepto de arte digital

Articulo de Carlos Baeza, Maquetador en Syntonize.

A través del NFT se está cambiando la manera de realizar arte digital, al poder garantizar su autenticidad.

Ya aclaramos anteriormente qué es un NFT y cómo podía utilizarse para asignar un código único y verificable a los elementos digitales. Ahora, gracias a esto, los artistas digitales están encontrando una manera de darle valor a sus obras.

Hace unos días se viralizó la noticia de cómo Christie’s, la casa de subastas más prestigiosa del mundo, vendió una pieza de arte digital de Beeple por casi 70 millones de dólares. En estos tiempos ya no es noticia que un cuadro o una escultura bata récords al venderse por una cifra desorbitada. Pero si te dicen que esos 70 millones han sido invertidos en un JPEG, la cosa cambia.

La obra millonaria.

Mike Winkelmann (aka Beeple) es un prestigioso diseñador gráfico que allá por 2007 comenzó un proyecto. “Everydays”es el nombre de esta idea en la que cada día iba a iniciar, finalizar y compartir una pieza de dibujo, diseño gráfico o modelado 3d a sus redes sociales. Todo de forma totalmente gratuita. Como aprendizaje o como reto personal, pero por amor al arte, vaya. Y no ha faltado a la cita ninguno de estos días, en los últimos 13 años y medio. La obra que ha subastado Christie’s es “Everydays: The first 5000 days”, un gigantesco collage que recopila todas y cada una de las piezas que Beeple ha ido creando desde que comenzó el proyecto.

Si sacamos la calculadora, Beeple habrá ganado unos 14.000 dólares por pieza, si las hubiera vendido por separado. ¿Pero acaso alguien se las hubiera comprado? Todas ellas pueden verse en sus redes sociales a coste cero. ¿Por qué iba a pagar nadie nada para recibir la misma experiencia? Incluso alguien con mucha paciencia podría descargarse las 5000 piezas una a una y generar un collage exactamente igual que el que se subastó el otro día. Pero no nos engañemos, tampoco lo compraría nadie por 70 millones.

Entonces, ¿por qué esta venta ha supuesto algo tan relevante a nivel tecnológico, y no solo otro capítulo más de extravagancia en el mundo del arte?

NFT

Cómo se ha hecho posible.

Porque “Everydays: The first 5000 days” no es un JPEG cualquiera, es un NFT (non-fungible token). Un archivo digital que contiene encriptado en su código un identificador que lo hace único en el mundo. Así está registrado en una red blockchain (en el caso de esta obra, en la red de Ethereum). Los NFTs no han surgido de la noche a la mañana, ya llevan un tiempo pululando por la red. Han demostrado su utilidad en smart contracts, venta de tickets, o incluso en gaming, pero su aplicación en el mundo del arte es lo que hoy nos ocupa.

Para ganarse la vida como artista digital, la cosa estaba cruda. Si tu medio de expresión reside en tu capacidad para dibujar con la tableta gráfica o de dominar Maya o After effects, lo más común era recurrir al mecenazgo de tus fans en páginas como Patreon o Kickstarter. Esto era lo único que te permitía seguir subiendo contenido a las redes y no morir de hambre en el intento.

O bien que tus creaciones acabaran formando parte de un portfolio que te abriese otras puertas en el “mundo físico”. Podías vender tus dibujos impresos a mayor tamaño, o plasmarlo en una camiseta o en una taza. Podías recopilar tu webcomic en un libro con algo de material inédito o podías exponer video- arte en una pantalla de televisión en un museo… Pero tus archivos originales, esos obra-de-arte- FINAL-v5.jpg, carecían de valor por sí mismos. Los NFTs están proporcionando ese valor. Tú puedes duplicar un .jpeg infinitas veces; un NFT, no.

Y esta no es la única innovación que beneficia al artista.

Ya se está experimentando con la posibilidad de incorporar royalties en un NFT, de modo que si se produce una reventa, un porcentaje del dinero llega automáticamente al autor del original (lo dicho, como todo queda registrado en el blockchain, no hay forma de hacer una venta ‘en negro’).

Otra ventaja es el hecho de que toda esta compra-venta de activos se puede hacer al 100% de forma online, que en tiempos de pandemia nunca está de más. Y que al ser un archivo digital, no existe deterioro de la obra por el uso o el paso del tiempo, algo que devalúa otros objetos de coleccionismo como sellos, comics o cromos. Y por último está el tema de las falsificaciones…

 

Obras únicas gracias a un NFT. page1image37576960 page1image37577152 page1image37577728

Las falsificaciones en el mundo del arte han sido un problema habitual durante décadas. Nada impide al poseedor de un Mondrian (un artista muy falsificable, en mi opinión) generar una réplica casi exacta, imperceptible al ojo humano, y colocárselo a algún primo por más precio del que lo compró. Para cuando científicos y expertos lo analicen y descubran que es falso, el estafador ya tendrá una nueva identidad y un Mondrian original colgado en el salón de su mansión en las Bahamas.

Sin embargo, si alguien quisiera replicar “Everydays: The first 5000 days” y ponerlo a la venta, verificarlo es tan fácil como inspeccionar los metadatos del archivo. A un click de ratón comprobar que tiene el mismo token que aquel que se registró en el blockchain. Así que amigo mío, si eres falsificador, tienes más probabilidades de salirte con la tuya haciendo un copy-paste de Mondrian que de Beeple. Irónico, cuanto menos…

 

¿Garantía al alcance de todos?

“Me has convencido. Soy un artista digital primerizo que quiere hacerse rico, ¿cual es la magia necesaria para que mis Jpeg digievolucionen a NFT?” Ninguna. Cualquier persona puede acceder a un marketplace como OpenSea o Rarible y convertir sus aburridos jpegs en fastuosos NFTs. Pagando una pequeña tasa por los servicios, claro. Estos marketplace también funcionan como ‘galerías’ para exponer tu trabajo, pero eso no te garantiza ninguna venta. Una vez tienes tus archivos a punto, toca nadar entre tiburones como ocurriría en el mundo del arte físico. Refinar tu estilo, transmitir tu mensaje, promocionar tu trabajo, aumentar tus contactos… Y si tienes suerte (y talento, digo yo), veremos tu nombre en las próximas noticias de ventas a precios disparatados.

Los NFTs simplemente han introducido un nuevo formato a tener en cuenta en el mercado del arte. Estos tokens están permitiendo que se vendan y subasten archivos digitales de la misma forma que se venden y subastan lienzos. “Salvator Mundi” es la pintura vendida más cara de la historia. Una persona anónima pagó 450 millones de dólares por ella. ¿Y qué dota a esta pintura de tal valor? ¿Su belleza? Nah, probablemente su autor, un tal Leonardo da Vinci. Y su escasez, ya que solo existe uno en todo el mundo.

“Everydays: The first 5000 days” lleva registrado en sus metadatos la autenticidad de la obra (Beeple) y su ‘número de serie’, el 1. El comprador consideró que todo ello cuesta 70 millones de dólares. El tomo #1 de Spiderman se vendió por 450.000 dólares hace unos años. Un NFT del famoso gif de Chris Torres nyan cat, por 600.000 dólares. Un cromo de Lebron James autografiado por él mismo se subastó por casi 2 millones de dólares. ¿El primer tweet de la historia en twitter ‘firmado’ por Jack Dorsey? 2.5 millones. En el mercado del arte y el coleccionismo es el comprador quien tasa el producto, y estas últimas noticias dejan claro que ya da igual si el producto es real o virtual, hay gente dispuesta a gastar absurdas cantidades de dinero por ello.

           

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