La transformación social competitiva es lo que lleva al éxito a las empresas en la nueva generación.
En la nueva normalidad todos los sectores están cambiando. Desde el político, industrial, económico, empresarial, social, etc. Está surgiendo un nuevo paradigma que afecta a todos estos sectores y es que después de la pandemia que hemos sufrido no es para menos.
Diversos estudios revelan que se ha producido un gran cambio en la percepción que tienen las empresas sobre el rol que desempeñan en la sociedad. Muchas de las empresas han dado un salto hacia la sostenibilidad. Dando preferencia a nuevas estrategias sociales y a responsabilidades sociales más sostenibles.
Transformación social competitiva
Las compañías cada vez tienen más competidores y marcar la diferencia no es tan sencillo. El futuro de estas empresas es convertirse en compañías productivas y competitivas. Apostando por tecnologías más sostenibles que ayuden a mejorar el medioambiente y la sociedad. Se trata de una transformación social competitiva donde las empresas actúen con respeto y cuidando el entorno. De esta manera el éxito empresarial llegará más rápido y aportando algo bueno a la sociedad.
Las empresas son conscientes de que los clientes cada vez son más exigentes. La sociedad cada vez exige acciones más respetuosas con el medio ambiente. Estas empresas tienen que llegar a un equilibrio entre la producción y la sostenibilidad. Tienen la responsabilidad de comprometerse con causas sociales y forjar una sociedad más equilibrada.
En el ámbito económico, el cuidado por el medio ambiente tiene consecuencias. Aunque el éxito empresarial y la transformación social competitiva pueden ir de la mano, esto trae costes. Aunque estos costes son asumibles por todas aquellas empresas que tienen una cierta repercusión en la sociedad. Esta transformación social competitiva trae también muchas ventajas a las empresas. Les ayuda a alcanzar sus objetivos y a tener éxito en el mercado empresarial. Por otro lado, les ayuda a alcanzar liderazgo y ejercer un rol sostenible que las posicione en un buen lugar dentro de la sociedad.
El nuevo paradigma de la transformación social competitiva
Esta transformación social competitiva no surge de una exigencia como tal. Surge de una necesidad de la sociedad de cambiar, de cambiar a mejor, tanto ética como socialmente. Actualmente, todas las sociedades reclaman enfoques más éticos y comprometidos con estas. Se demanda a las empresas que apoyen causas que vayan más allá de fines económicos y aporten valor a los clientes. Dando un enfoque más humano la transformación social llegará antes.
Este nuevo modelo dentro del mercado ayuda a generar nuevas oportunidades de negocio. Se crean nuevos emprendimientos y se genera nuevo empleo. Esto obliga a las empresas a renovarse apostando por la creatividad y la innovación. Tanto usando nuevas herramientas como en nuevas tecnologías que ayudan a estas empresas a impulsarse y crecer. Todo esto termina por convertirse en una ventaja competitiva logrando una sostenibilidad social, económica y medioambiental.
En definitiva, la transformación social competitiva supone una estrategia que se apoya en factores humanos que lleva a un desarrollo más sostenible. El diseño de una buena estrategia a largo plazo dentro de una empresa, puede significar una apuesta segura para el crecimiento de esta. Estos patrones de crecimiento forman sociedades más estables y éticas.
Nuevas oportunidades de negocio
Alinear las oportunidades de negocio con los objetivos empresariales hace que las empresas crezcan. A través de la transformación social competitiva se pueden mejorar los procesos y las métricas dentro de las empresas para afrontar los nuevos retos que reclama el mercado. Podemos medir el impacto que generamos y mejorar en futuras acciones. Todas estas novedades hacen que las compañías evolucionen y progresen.
Entre todas las compañías tienen que ser capaces de fomentar nuevos empleos y nuevos modelos de negocio, con creatividad e innovación. También con la creación de valor social como fuente de ventaja competitiva. La transformación social de las compañías supone un cambio estructural, un cambio de estrategia global que debemos abordar desde los mismos fundamentos sobre los que se sustentan sus propósitos y propuestas de valor.