La nueva “normalidad”, de la que tanto se habla desde hace una semanas y que pretende ser el paradigma de las rutinas en nuestra vida personal y profesional una vez superada la pandemia provocada por el COVID-19, transformará la manera en la que nos relacionamos en el puesto de trabajo, tanto en vertical como en horizontal. En Syntonize hemos querido recoger una serie de consejos para ayudar a las organizaciones de cualquier tamaño a adaptar. La nueva situación requiere de actuación clara y precisa, pero sobre todo lo antes posible.
1. La formación es lo primero.
Ahora más que nunca es necesario aprender y reaprender. Nos enfrentamos a una nueva situación en la que existen muchas variables que no conocíamos, por lo que la formación es más importante que nunca. Las técnicas de venta no son iguales en un cara a cara que por videoconferencia; la motivación al equipo no se consigue igual en una llamada de teléfono en la que no se ve la reacción de la otra persona… Por eso es importante que los equipos de gestión de RRHH estén preparados para enseñar a utilizar las nuevas herramientas que tenemos a nuestra disposición.
2. La tecnología es nuestra amiga.
Muchas empresas seguían reacias a implantar verdaderos proyectos de transformación digital que les permitieran dar un paso adelante en productividad y eficiencia, pero el COVID-19 les ha abierto los ojos. La tecnología es un facilitador dentro de la organización y nos puede ayudar también a gestionar de forma más eficaz las relaciones entre compañeros y dentro de los equipos. Existen muchas herramientas de trabajo colaborativo, como Teams, Zoom, Slack, Trello o Meet, entre otras, que permiten coordinar proyectos de forma ágil y sin necesidad de que los miembros del equipo se encuentren físicamente al lado.
Estas herramientas son muy útiles también para los departamentos de gestión de personas, especialmente en un tiempo como el actual.
3. Lo emocionante viene ahora.
En una situación de cambio tan radical como la que hemos vivido es muy normal que aparezcan sensaciones desconocidas y que no se sepan gestionar de forma personal: ansiedad ante un futuro incierto, miedo por no ser capaz de resolver problemas, angustia por no estar a la altura… desde los departamentos de gestión del talento es fundamental ser capaz de identificar esas emociones, empatizar con el compañero que las experimenta y ayudarle a resolverlas de forma satisfactoria… y a distancia en muchas ocasiones, por lo que es clave empatizar utilizando las herramientas de comunicación remota para ayudar a quien lo necesita.
4. La comunicación sigue estando por encima de todo.
Siempre se ha dicho que se aprende más de los sentimientos reales de un profesional en una charla de pasillo o en la máquina de café que en una reunión de despacho… Esa situación ha desaparecido ahora mismo, por lo que los departamentos de personal deben ser capaces de fomentar ese tipo de contextos en la nueva realidad con el objetivo de conocer las sensaciones de los equipos en cada momento. Para ello es clave controlar la comunicación que existe en cada reunión, tanto la verbal como la no verbal, y aprovechar las opciones que propone la programación neurolingüística para comunicar de forma afectiva y efectiva siempre.
5. ¡Somos equipo!
El hecho de que cada miembro del equipo trabaje en un lugar diferente, con un entorno propio y seguro, sin contaminación de terceros facilita que se pierda el sentimiento de equipo o de pertenencia a la organización. Por eso, es fundamental que el área de RRHH motive a los líderes para convertirlos en mentores y capacitadores y les ayude a fomentar las labores de equipo, tanto en el trabajo como en las horas libres para que no se pierda la cultura de la empresa en los proyectos que se lleven a cabo.