Syntonize nació hace 10 años bajo la marca Funciona.
En este tiempo hemos llevado a cabo más de 500 proyectos en 12 países y tenemos presencia en 4 continentes.
Syntonize ha evolucionado desde su creación hace 10 años. En los últimos 4 años se está desarrollando una fase de internacionalización muy importante en la compañía, y el crecimiento no sólo a nivel nacional ha sido muy alto. Nuestra marca tenía que transformarse al igual que lo ha hecho el negocio. Ahora somos globales, damos más servicios a nuestros clientes y estamos en total sintonía con ellos. Juan Quintanilla, CEO de Syntonize, nos cuenta más sobre el proceso de rebranding y evolución de la compañía.
¿Cuáles han sido los beneficios del cambio de marca?
Nuestra imagen es mucho más potente y el nombre de la compañía es reconocible en cualquier idioma. El perjuicio es únicamente el distanciamiento con nuestra identidad española, ya que nuestra base está aquí y el talento que forma nuestro equipo tecnológico también.
¿Cómo fue el proceso?
El proceso ha sido largo dada la importancia que tiene un cambio de marca y la repercusión que puede llegar a tener. Lo más difícil es tomar la decisión del cambio y asumir que si bien Funciona nos había traído hasta donde estamos ahora, pasando de 4 personas en la oficina a más de 50 empleados, había llegado el momento de pasar página y crear otra marca con mayor proyección. Al fin y al cabo Funciona es una empresa ‘familiar’ y sentimos nuestra marca, identidad e imagen como una parte nuestra, somos unos románticos.
Decidimos que nuestra marca evolucionara como lo ha hecho la compañía.
¿Qué opinan los clientes?
En general, han acogido muy bien el cambio de marca. Hicimos incluso una serie de encuestas y entrevistas a clientes y futuribles para asegurar que íbamos en la dirección correcta. No obstante, como todo en la vida nunca llueve a gusto de todos, hay alguno más tradicional que le gustaba más la anterior marca.
¿En qué momento es bueno plantearse un cambio de marca?
En Syntonize creemos que la marca es una parte del negocio y ésta debe siempre evolucionar con él. Somos fieles creyentes en el valor de la marca y en lo que transmite. En el momento en el que veamos que nuestra marca no transmite nuestros valores, nuestro posicionamiento, ni refleja nuestra manera de ver la vida, evolucionaremos.